Cómo hablar con su médico de manera eficaz sobre el dolor 

Lograr que su médico comprenda cómo se siente realmente puede ser lo que marque la diferencia entre recibir el tratamiento adecuado o ser ignorado como si estuviera exagerando el dolor que siente. Aquí tiene algunos consejos para que le tomen en serio.

Woman talking to doctor

Los estadounidenses no somos ajenos al dolor. Cerca del 20% de todos los adultos sufre dolores crónicos. Y más del 7% informa sentir un dolor tan intenso que ha limitado sus actividades cotidianas o laborales a lo largo de los últimos 3 meses.  

"El dolor es complicado. Todos lo sentimos de distintas formas. Algunas tenemos una mayor tolerancia al dolor. Otros lo sienten con mayor intensidad", dice Caitlin Donovan. Donovan es Directora en jefe de la National Patient Advocate Foundation (Fundación nacional para la defensa del paciente).   

Nuestra forma de ver el dolor en los demás también puede variar muchísimo. Por ejemplo, las mujeres tienen una probabilidad mucho menor que los hombres de que se les tome en serio cuando informan que tienen un dolor crónico. En un estudio, los investigadores pedían a los participantes que miraran a hombres y mujeres que expresaban las mismas cantidades de dolor. Los resultados: Los participantes veían el dolor de las mujeres como si fuera menos intenso que el de los hombres. También creían que a las mujeres les resultaría más beneficioso recibir terapia de conversación, que medicamentos para el dolor. 

¿Por qué esta brecha? Parte del problema radica en que el dolor es subjetivo. No existe prueba alguna que pueda medir el dolor de forma eficaz. Esto puede hacer que a su proveedor de cuidados de salud le resulte difícil saber por lo que usted está pasando. En lugar de eso, se basará en lo que usted le diga para poder ayudarle. Y este es el motivo por el cual la forma de expresar el dolor es tan importante.   

Aquí tiene algunas maneras inteligentes de hacerlo.

Hable detallada y descriptivamente.

Lo mejor es ser lo más específico posible cuando de hablar de dolor se trata, dice Donovan. Aquí tiene algunas palabras buenas que pueden ayudar: 

  • Profundo.
  • Calambre.
  • Persistente.
  • Ardor.
  • Agudo.
  • Lancinante.
  • Punzante.
  • Sensibilidad.
  • Pulsante. 

También ayuda describir lo siguiente a su médico clínico: 

  • Por cuánto tiempo ha tenido el dolor.
  • Dónde siente el dolor.
  • Si tiene el dolor concentrado en un lugar o si se extiende.
  • Si el dolor es constante. O si viene y se va.
  • Qué cosas lo alivian. Y qué cosas lo empeoran.

Cuanto más clara sea su descripción, mayor claridad dará a su proveedor.  

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Enfóquese en sus funciones.

Dígale a su proveedor cómo su dolor afecta su vida diaria. Explíquele cómo afecta lo que puede y no puede hacer en el trabajo y en casa. ¿Su dolor le impide realizar actividades? Comparta eso también.   

También es importante que fije las expectativas de la atención. "Hágale saber a su médico que usted espera que su tratamiento y el enfoque general de la atención médica tengan como objetivo que su salud vuelva a su estado normal", dice Annette Ticoras, MD. La Dra. Ticoras es médica de medicina interna y propietaria de Guided Patient Services en Columbus, Ohio.  

"Dele una idea de quién es usted. Por ejemplo, usted es una madre trabajadora y ocupada que no puede permitir que el dolor de espalda le impida ir a trabajar y llevar a sus hijos a sus actividades. De esta manera, su proveedor podrá tener una noción de quién usted es realmente, más allá de ser simplemente un paciente en su sala de exámenes", dice la Dra. Ticoras. 

Comparta su historial de dolor y tratamiento.

Para ello, es útil llevar un diario del dolor. Siempre que sienta dolor, intente anotar todos los detalles que pueda. Incluya: 

  • El día y la hora en que ocurrió.
  • La gravedad.
  • El tipo de dolor. (¿Necesita ayuda? Use la lista de palabras de arriba).
  • Dónde dolió.
  • Cuánto duró.
  • Qué podría haberlo causado.
  • Cualquier otro síntoma que haya tenido al momento.
  • Cualquier cambio reciente en su tratamiento.
  • Cómo el dolor le cambió el humor.

Estos detalles ayudan a demostrar cuánto el dolor le limita la vida. Da una idea de cómo afecta su capacidad para dormir, trabajar, hacer ejercicio físico y pasar tiempo con amigos y familia. "Realmente puede marcar la diferencia en la forma en que el médico percibirá su dolor si le cuenta que se despierta a causa del dolor varias veces por noche, por ejemplo", dice Donovan.

Además, informe a su proveedor sobre los tratamientos que probó y si funcionaron o no. Incluya cualquiera que le haya sugerido anteriormente, también. "Hable sobre citas médicas pasadas. Recuérdele que hizo varios meses de fisioterapia para el dolor de espalda, que no ayudó", dice la Dra. Ticoras.

Lleve a un amigo o un ser querido con usted.

Puede que le resulte útil tener otro par de ojos y oídos con usted. "A veces, la sola presencia de otra persona es suficiente para que el médico escuche con atención y tome en serio sus preocupaciones", dice la Dra. Ticoras. Además, puede que sienta nervios o molestias durante su visita. Eso puede dificultarle recordar lo que haya dicho su proveedor. Un amigo puede ayudar y tomar notas. También puede hacer alguna pregunta en su lugar.

Y no tema hacer preguntas.  

Quizás no entienda cómo funciona un tratamiento. O por qué su proveedor no pide más estudios. Si usted no hace preguntas, su proveedor podría no responderlas. Y eso puede hacerle sentir confundido o ignorado. Pero no le hará sentir mejor. La Dra. Ticoras comparte este ejemplo: 

"Puede parecer que su médico no esté tomando en serio su dolor, porque no le ordena hacerse una resonancia magnética (MRI) enseguida a causa de su dolor de espalda. Pero puede deberse a que el seguro no suele cubrir una MRI para este propósito si no tuvo dolor durante cierto tiempo o si no probó otros tratamientos primero. Es por eso que es importante mantener abiertas las líneas de comunicación".

Busque una segunda opinión, de ser necesario.

Lo lógico es darle tiempo a su proveedor para que pueda resolver su problema. Puede llevar algunos días o semanas. Quizás incluso lleve algunos meses. Depende de la afección. Pero ¿y si no le escucha cuando usted le dice que el tratamiento no está ayudando? Entonces es hora de buscar una segunda opinión.   

"Es una buena idea buscar un nuevo par de ojos que analicen la situación. Puede que otro médico lo vea desde un ángulo distinto", dice la Dra. Ticoras. Un estudio descubrió que obtener una segunda opinión reduce a la mitad la probabilidad de recibir un diagnóstico erróneo. Una tercera opinión la reduce aún más, al 16%. Y, por supuesto, al obtener el diagnóstico correcto, la probabilidad de encontrar la solución correcta es mayor. 

Si opta por buscar una segunda opinión, la Dra. Ticoras le sugiere que se reúna con alguien que esté en otro hospital o centro médico. Es más probable que se aborden las cosas desde una perspectiva diferente. Luego, podrá decidir qué enfoque le sirve más.

Fuentes

  1. “Chronic Pain and High-Impact Chronic Pain among U.S. Adults, 2019.” Centers for Disease Control and Prevention. November 2020. https://www.cdc.gov/nchs/products/databriefs/db390.htm
  2. Zhang L, Losin EAR, Ashar YK, et al. “Gender Biases in Estimation of Others’ Pain.” The Journal of Pain. March 5, 2021; vol. 22, no. 9: pp. 1048-1059.  https://www.jpain.org/article/S1526-5900(21)00035-3/fulltext
  3. “How Can I Describe My Pain to My Health Care Provider?” U.S. Department of Health and Human Services. National Institutes of Health. January 31, 2017. https://www.nichd.nih.gov/health/topics/pelvicpain/conditioninfo/describe
  4. Halasy M and Shafrin J. “When Should You Trust Your Doctor? Establishing a Theoretical Model to Evaluate the Value of Second Opinion Visits.” Mayo Clinic Proceedings. April 8, 2021; vol. 5, no. 2: pp. 502-510.  https://www.mcpiqojournal.org/article/S2542-4548(21)00033-3/fulltext